Plaga de Justiniano

La plaga de Justiniano fue una epidemia que afectó al Imperio romano de Oriente o Imperio bizantino, incluyendo a la ciudad de Constantinopla y otras partes de Europa, Asia y África desde los años 541-543. 
Se estima que, entre 541 y 750, la población mundial perdió entre 25 y 50 millones de personas, es decir, entre el 13 y el 26 % de la población estimada en el siglo VI. Se ha llegado a considerar como una de las más grandes plagas de la historia. Se supone que la causa de la plaga fue la peste bubónica, y las investigaciones más recientes confirman que se trata de la misma plaga bubónica relacionada con las infecciones actuales o de la época medieval. 
Así pues, esta epidemia fue causada por la bacteria Yersinia pestis. Los estudios para identificar el vector causante de la enfermedad comenzaron en 1998 cuando un grupo de biólogos liderados por Michel Drancourt, Oliver Dutour y Didier Raoult empezaron a trabajar conjuntamente con arqueólogos e historiadores.Esta plaga parece ser que es la primera epidemia atestiguada en la historia de peste bubónica.
La rata negra es un transmisor de la peste bubónica, debido a su cercanía a los hábitats del ser humano. Normalmente la plaga se transmite de las ratas a los humanos y algunas veces entre humanos. Dependiendo del vector de contagio tendremos una variante de peste bubónica u otra. Las pulgas suelen infectar a las ratas y otros roedores. El estómago de la pulga es infectado por la bacteria Yersinia pestis. En general la bacteria suele tardar unos catorce días en bloquear el estómago de su huésped. La enfermedad se produce porque al tener el estómago bloqueado la pulga no puede alimentarse y, por lo tanto, debe morder varias veces a su huésped, regurgitando finalmente el contenido de su estómago en su torrente sanguíneo. En general, todos los mamíferos pueden contraer la enfermedad, siendo los hombres, los gatos y algunos roedores más susceptibles de contraerla, mientras otros, como los perros, son más resistentes.

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